Cuenca Historia
Santa Ana de los Ríos de Cuenca está ubicada en un valle interandino de la sierra sur ecuatoriana, (441km al sur de Quito) a una altitud de 2535m sobre el nivel del mar. Goza de un clima típicamente templado, con una temperatura promedio de 17°C. Su población es de aproximadamente 500.000 habitantes y su superficie es de 15.730 hectáreas.
Fundada en el año 1557 por orden del Virrey del Perú, don Andrés Hurtado de Mendoza, las características peculiares de su suelo y las circunstancias del mestizaje paulatino posterior, imprimieron en los habitantes una idiosincrasia única, que con el transcurrir de décadas y siglos fue labrando y forjando lo que es hoy Cuenca: el centro económico y cultural de una rica región del Ecuador, un país andino y a la vez tropical, caracterizado por contrastes y sorpresas. Años antes fue la ciudad incaica de Tomebamba, considerada cuna del inca Huayna Cápac, a su vez construida sobre lo que se cree fue Guapdondelig, urbe de la nación cañari que habitó la región centro sur del Ecuador actual.
Cuenca está considerada también como la tercera ciudad del país, luego de Quito y Guayaquil, urbes en las que se asientan los poderes político y económico. Su condición de ciudad mediana, casi franciscana y conventual aún, en comparación con estas dos metrópolis, es otro de los factores que contribuyen a que cada visitante se haga la promesa de regresar o, en el mejor de los casos, decida quedarse a residir en ella pues esta es además una ciudad que cuenta con tecnología de punta en información y electrónica, buen sistema financiero y bancario, cyber cafés, bares, discotecas, moderna infraestructura hotelera, restaurantes de todo tipo, etc.
Pero Cuenca no se limita a la ciudad en sí ni a su centro histórico, conglomerado de un patrimonio tangible e intangible. La división política del Ecuador hace que cada una de sus 24 provincias esté conformada por cantones, y estos a su vez por parroquias. Cuenca es, desde esa perspectiva, la capital de la provincia del Azuay. Como cantón se divide en 14 parroquias urbanas y 21 rurales, cada una de las cuales contribuye a incrementar con creces su esplendor, porque aporta con elementos de una riqueza cultural, arqueológica, histórica y natural, y, por todo ello, de innegable e inevitable atracción turística desde los más diversos intereses.